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martes, 29 de marzo de 2011

A ninguna parte, sólo de ida


- ¿Sabes qué, criajo? Si no fueras tan joven hasta podríamos ser amigos.

Cuando el mundo se cayó a pedazos, Abel y yo salimos corriendo en direcciones diferentes. Él, hacia su hermana, hacia Loreto, la que esperaba fuera al volante de un coche con matrícula "Salvación". Yo, hacia ninguna parte. Y se puede ir, eh. De verdad. Aunque parezca que no tiene sentido eso de "ir a ninguna parte", yo fui. No sé cómo, pero sí que sé por qué.

Las pesadillas me siguieron a mí porque fui haciendo todo el ruido que pude por el pasillo. Cuando conseguí salir por la puerta trasera de la tienda, con el corazón latiéndome como nunca, vi que Abel había conseguido subirse al coche, pero estaban rodeados por ellos. Loreto no podía arrancar. Me miró a través del parabrisas.

Bastó eso.

- ¡EH! ¡EEEHHH! ¡VOSOTROS, VAMOS! 

No la oí, pero leí el "¡No!" en sus labios. 

Eché a correr de nuevo, a lo loco, sabiendo que me alcanzarían, llevándome conmigo la mirada aterrorizada de Abel y toda la desesperación de Loreto. 
Corrí hasta atragantarme con mi propio miedo. Y después de eso, seguí corriendo. Oía sus renqueantes pasos a mi espalda, tan inseguros. Sus extraños gemidos. Sentía su asqueroso hedor impregnando mi ropa. Miré por encima del hombro y conté doce. ¡Doce pesadillas contra mí!

Definitivamente, no iba a ninguna parte. 

Me colé en el primer callejón que encontré. Cogí un trozo de madera de uno de los contenedores y puse mi mejor pose de bateo. Dejaron de correr cuando vieron que yo ya no tenía por dónde huir.

Y sonreí. Despacio. Oscuro.

¡Doce pesadillas para mí!

7 comentarios:

  1. He pensado un "MOLA" tan grande que ha sido como si me gritaran en la cabeza. La parte de batear pesadillas... eso, me ha gustado. El trozo en sí me gustado (para variar y eso xD)

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  2. Sam es dios. Y punto. Si alguien intenta reprochármelo... bueno, yo también se poner una gran pose de bateo.

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  3. Me haré una camiseta sobre este tipo. Palabra.

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  4. Hmfp. No me gustan los billetes sólo de ida. (Ni los trenes sin destino).
    Aunque sí el valiente de turno (¿o el héroe de esa historia? ¡Quizá de parte de ella!). Al final...
    ... Bueno, el final ha sido el final. Y sí, definitivamente me ha gustado. (Aunque me quedé con cara de: Bien. DOCE PESADILLAS PARA UN HUMANO. Desde luego, es una pelea muy justa, sí, sí, sí).

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  5. Ya sabes que yo otra cosa no, pero SIEMPRE soy justa xDDD Doce contra uno, ¡pero ese uno tiene un palo! ¡UN PALO!
    Que tiemble el mundo.

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  6. Es verdad, con un palo se pueden hacer barbaridades, y cruzo los dedos por que las haga y se salve por los pelos.

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  7. Nosé porqué, pero el final me ha hecho sonreir :)

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