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viernes, 23 de noviembre de 2012

Darse por vencida

Respiraba como si se hubiera tragado el invierno. Estaba viva. Su aliento dibujaba nubes en el aire. Había vuelto. 
Arcos se quedó atónito por primera vez en su vida. Su pie no llegó a tocar el siguiente peldaño. Se quedó congelado en mitad de la escalera, como si el frío que había traído Abby consigo bastara para convertirle en una estatua de hielo.
Le costó reunir palabras que quisieran salir de su boca y luchar contra el estupor que le envolvía.
-Es imposible que seas tan estúpida -dijo.
Ésas fueron las elegidas. Veréis, Arcos pudo haber dicho muchas cosas, o pudo no haber dicho nada. Pudo, sencillamente, haber vuelto a matarla. Con un movimiento de su estilizada mano podría haberle arrancado la cabeza, haciendo arte de barbarie. Pero no lo hizo. Y no lo hizo porque era incapaz de entender por qué alguien que ya había perdido no una, sino dos veces, volvería a por más. No podía comprender qué la empujaba. Se lo había quitado todo, todo. Todo. 
Le quitó lo más parecido a un padre que tenía, le quitó al único profesor que se atrevió a enseñarle algo, le quitó a sus amigos, a sus aliados, le quitó a la única persona que no habría soportado perder. Se lo quitó todo. La dejó vacía. 
Y, para su eterno disgusto, una Abby vacía para ser más que suficiente. 
-Siento decepcionarte. Soy estúpida -respondió, con la voz de escarcha que tenía.
Se irguió con esfuerzo, manteniendo la vista al frente. Las piernas dudaron un instante, los brazos buscaron el apoyo de la pared más cercana. Y aún así, consiguió avanzar.
-¿Puedo... decirte algo, Arcos? -jadeó-. Alguien tiene que decírtelo.
Como él no respondió, siguió hablando.
-Es un secreto a voces, pero... Aún así... Parece que tú no te has enterado. Me da pena que seas el único que no sepa que -esbozó una sonrisa rota- soy invencible. 
-Nadie es invencible -respondió Arcos.
-Yo sí -tosió ella.
-Yo te he vencido. Muchas veces.
-Ah, lo sé. Pero ahí está el truco, amigo. Puedes vencerme las veces que quieras: no me daré por vencida. Me haré la tonta. Fingiré que no me he enterado. Volveré. No puedes ganar, porque yo nunca voy a reconocer que he perdido.

¿Entiendes lo que quiero decir?

4 comentarios:

  1. Ojalá pudiera ser un poco más como Abby.


    ¿Quién nos enseñó a reconocer nuestras derrotas, exactamente?

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  2. Porque no hay extintor que extinga la llama de Llamarada. (Incluso cuando parece estar hecha de invierno, sigue ardiendo.)

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  3. Increíble. "No puedes ganar, porque yo nunca voy a reconocer que he perdido"

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  4. Creo que empiezo a pillarlo, Abby ha elevado el hacerse la sueca a la categoría de arte xD

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