S i l a e s p a d a d e D a m o c l e s c a y e r a s o b r e m i c a b e z a ,
s e a b o l l a r í a .



lunes, 21 de enero de 2013

A parte alguna, no.


-Dímelo tú -dijo Troya, clavando en él sus ojos cansados-. Si ella te pidiese que echaras a andar... ¿Hasta dónde llegarías?

Néstor esbozó una pequeña sonrisa, sin dejar de mirar la cuerdecita que tenía atada al dedo.

-¿Por Ítaca? No llegaría a ninguna parte -respondió.

Dijo la verdad. La pura verdad.

Troya le miró, boquiabierta. Se levantó, con la furia de un huracán, y salió de la habitación dando pisotones, murmurando maldiciones. "No me lo puedo creer. No me puedo creer que seas tan cabrón. No sé cómo puedes dormir por las noches". Néstor se reía en voz baja. 

Fue entonces cuando Dédalo se asomó por la puerta. Lo había oído todo. Miraba a su maestro con reserva, con cautela. Néstor le hizo un gesto para que fuera a sentarse con él, pero el niño no se movió. Era demasiado listo como para jugar con un león herido que encima se reía con sus propias desgracias. Dédalo le conocía. Podía ver a través de la mirada clara y serena de Néstor. A los demás les parecía que todo le daba igual, pero Dédalo... Él lo sabía. Las sonrisas irónicas, las cejas que se arqueaban. Las verdades opacas.

-No llegarías a ninguna parte... Porque nunca dejarías de andar -susurró.

Néstor le miró. Durante un instante desapareció la superioridad, el cinismo, todas las poses. Se esfumaron. Por un segundo sólo fue un chico demasiado cobarde como para demostrar el miedo que tenía. Fue un segundo, solamente. El cabrón de Néstor se quedó sólo en Néstor, desarmado ante palabras que, aunque no había dicho, lo significaban todo para él. 

Los segundos tienen la mala costumbre de pasar deprisa.

Una sonrisa. Una advertencia.

-Quién sea que te haya enseñado a leer entre líneas, ha metido la pata hasta el fondo.
-No creo. Aprendí del mejor -sonrió Dédalo.

5 comentarios:

  1. Troya... Como me gusta ese nombre...
    Y Dedalo! que virtud la de leer entre lineas...
    Quizas me pueda enseñar a su maestro, que yo todavia no aprendi a hacerlo...
    Saludos!



    Desde la oscuridad. Honey Minage

    ResponderEliminar
  2. (grasias *da saltitos* me ha hecho ilusión ver que habías publicado again).
    He leído las anteriores entradas para saber de qué iba la historia y he de decir que estoy enamorá de Néstor, porque es un cabrón (y a quién no le gustan en el fondo los chicos malos) pero que tiene su coranzocito, aunque no lo muestre. Eso y porque tiene unas ocurrencias, que de verdad, alguna que otra frase ha sido mortal. Y ya, con esta entrada, me ha ganado del todo.
    Amor a Dédalo y a su capacidad de leer entre líneas.


    Vuelve pronto.

    ResponderEliminar
  3. "Los segundos tienen la mala costumbre de pasar deprisa." + una enorme originalidad (a mí nunca se me hubiera ocurrido ponerles esos nombres)= me ha gustado mucho y repetiré ^^

    (te confieso bajito que al principio me ha costado imaginarme a Néstor joven, en la Eneida me lo imaginaba viejo)

    ResponderEliminar
  4. "No llegarías a ninguna parte... Porque nunca dejarías de andar."
    Bueno pues ya está. Ya no sé qué decir porque me has dejado sin palabras y porque me has arañado el corazón. Y yo no perdono que se me arañe, y menos aún con palabras.


    ((Alguien que nunca deje de andar por ti. Y nada más que pedirle a la vida.))

    ResponderEliminar
  5. Me quito el sombrero.

    ResponderEliminar