Tiene el cielo azul y la tierra de muchos colores, gente de toda clase, que se viste de mil maneras, que habla con diferentes acentos y que piensan cada uno sus propias malas ideas. A veces era un mundo guerra, con fotos en blanco y negro de alambradas llenas de espinas y niños sucios que lloran y buscan a alguien entre una multitud más monocroma que ellos. Sí, es cierto. A veces era un mundo terrible, con nubes que... No lo eran. Pero también tenía buenos momentos, ése mundo del que te hablo. Un mustang en el que me subí, un chico que ni sabía cantar ni sabía bailar ni sabía aprender nada, una mujer que preparaba la mejor tarta de queso del mundo y un joven ingenuo con nombre de especia. Tú, Sacha, también eras una de esas cosas buenas. No, qué digo: eras el mejor. El mundo que estoy buscando era tan fantástico porque te tenía a ti dentro. Fuiste bueno hasta que dejaste de serlo. Eres la historia más típica del mundo. Eres la historia que más me gusta.
El mundo que me has robado camina entre amaneceres y crepúsculos. A ti te gustaba ver el sol ponerse, y a mí me encantaba verlo salir.
Me lo devolverás, ¿verdad, Sacha?
Dime, ¿me lo devuelves?
Nunca.
Devuélveselo, anda, no seas así.
ResponderEliminar(hoy me siento inmadura y odio tu talento).
Hace mucho que no leía nada tuyo y, joder, qué genial eres.
ResponderEliminar(¡Que se lo devuelva, que se lo devuelva!)