S i l a e s p a d a d e D a m o c l e s c a y e r a s o b r e m i c a b e z a ,
s e a b o l l a r í a .



martes, 1 de octubre de 2013

Pájaros, Noa



No te concentres en hacer que me sienta orgulloso de ti, Noa. Tú y yo somos personas distintas. Vayas donde vayas, no podrás escaparte del hecho de que soy tu padre y te quiero. Sé que tú también me quieres. Pero si te fijas muy bien, si te paras a pensar en todas las cosas que me gustan o en las que creo… descubrirás que no podemos ser más diferentes. No te pongas como meta que este viejo esté orgulloso de ti, porque entonces quizá no podrás estar orgullosa de ti misma.

Hazte ese tatuaje. Ponte el aro en la nariz. Dedícate a escribir y a vivir en buhardillas con mala iluminación pero excelentes vistas. Sal con el chico de la moto, deja que te dé una vuelta por los peores barrios de París, de Ámsterdam, del mundo entero. Yo estaré en alguna parte, frunciendo el ceño y pensando que no sé qué tiene mi hija en la cabeza. Pájaros, Noa. Ojalá tengas la cabeza llena de pájaros. Ojalá nunca tenga que ser yo el encargado de matarlos.

Si algún día lees esto, tienes permiso para pensar mal al respecto. Te doy las alas de las malas ideas. Suelta unos cuentos tacos. Bébete el whisky bueno. Grita si te apetece, y no pienses en los vecinos. Esta casa es tuya, siempre será tuya, y en ella podrás hacer lo que te venga en gana. Siéntete orgullosa de ser quien eres, y entonces yo no podré estar más orgulloso de haber sido tu padre. 



Noa: Recibí esa carta hace tres años. Llegó a mí como a mí llegan todas las cosas, con el peso y las consecuencias de una bala de cañón. Verá, Señoría, tengo una teoría. Se nos da un tiempo limitado con todas las personas. Hay un contador sobre nuestras cabezas que nadie puede ver. Cuando el de mi padre se puso a cero, yo apenas había utilizado la mitad del tiempo que teníamos. Porque el maldito contador es invisible, los números se nos escapan. En parte, eso es bueno. Si supiéramos cuál es el último momento no querríamos abandonarlo nunca. No te irías, ¿verdad? No dirías eso. No gritarías. No pondrías un pie fuera de la puerta. Seguramente, si supieras qué momento es el último de todos, te girarías después de la conversación, te echarías a llorar y dirías algo bonito.
Me llamo Noa. No conozco ningún último momento y, aquél día, salí por la puerta con un cabreo del quince y sin tener ni idea de que había visto a mi padre por última vez. Espero que eso responda a su pregunta.
Señoría: Más o menos, sí. Pero no tienes por qué llamarme señoría. Yo sólo llevo el archivo.
Noa: ¿No tienes ningún título, entonces? ¿Qué te llaman? ¿Escuchador?
Escuchador: No. Me llamo Solomon. Si no te importa, me gustaría hacer las preguntas a partir de ahora, y te estaría muy agradecido si pudieras darme respuestas precisas y cortas.
Noa: A veces la precisión requiere algo más que una respuesta corta.
Solomon: No estoy aquí para discutir contigo. Vayamos al principio de todo…
Noa: Nací un once de diciembre nublado…
Solomon: ¿Cuándo supiste que tu padre era un pájaro?
Noa: Fueron las pequeñas cosas. El alpiste. Las plumas por toda la casa. Los trinos por las mañanas.
Solomon: Disculpa. Repetiré la pregunta de modo que la puedas comprender. Entendiendo “Pájaro” como “miembro del grupo rebelde que, en contra de la Ley impuesta por la Academia en el año dos mil ochenta y nueve, insiste en sus esfuerzos de dar con la combinación exacta para llevar a cabo conexiones prohibidas” y teniendo en cuenta que por lo general las aves no pueden engendrar seres humanos, ¿cuándo supiste que tu padre era un Pájaro?
Noa: Hace dos años y pico.
Solomon: Muy graciosa.
Noa: Gracias.
Solomon: ¿Cómo lo descubriste?
Noa: Me lo dice mucha gente.


Solomon: Señor, me va a llevar más de dos horas hablar con la chica... Tendré suerte si me lleva menos de dos días.

2 comentarios:

  1. Todo es profundidad y reflexiones metafísicas hasta que llego a "y pico" y estoy a punto de morir por atragantarme con el café.

    ResponderEliminar
  2. Sería capaz de escribir el "askjalksd" más largo y sin sentido del mundo sólo para que te convencieras de que es amor todo lo que escribes.
    Pero simplemente te diré que acabo de descubir que el remedio a cuando esté mal es leerte.
    Lo bien que me lo paso leyendo las respuestas de Noa no tiene precio.

    ResponderEliminar