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viernes, 22 de octubre de 2010

Bienvenida, pelirroja

No supisteis cómo usarme. Os di una heroína y la desaprovechasteis. Perdí el tiempo con vosotros. Lo perdí del todo... Y ahora no sé dónde he dejado mi alma y no encuentro mi corazón. Los he buscado, pero no demasiado. Nunca encontré las cosas que busqué en serio.
Sola delante de la guerra. Y ni siquiera tenía una honda para vencer a Goliat. Sólo un cuchillo que me dio un viejo ruso adicto a que el vodka le quemara la garganta y las canciones de su patria.
Nunca dije que fuera inmortal, pero lo asumisteis. Qué grandes sois, humanos, dejando vuestros destinos en mis manos dormidas.
Lo bueno: no sentí su peso.
Lo malo: se me cayeron.
Todos menos uno. El que se me quedó enganchado en el dedo meñique, resistiéndose a perderse. El de la única persona que me siguió. El de la única persona que nunca quise ver siguiéndome.

-Déjalo -susurré, mis dedos arqueándose en mi cabeza, mi respiración desbocada por acallar esa maldita voz-. Para ya. Cállate...
Siempre estaba ahí. Cuanto menos la oía más la escuchaba. Era mi voz, pero no era yo. Se disfrazaba de recuerdos, de pasado, de payaso. No quería más. Me hacía daño. Cada palabra se me clavaba en algún lugar vital cercano a mis pulmones y me cortaba la respiración. Y las imágenes, en negativo, desconectadas las unas de las otras. No sabía si era mi historia o la había leído en alguna parte.

Tienes que escucharme, Nueve. Tenemos que salir de aquí... Nos están esperando. Esos inútiles nos esperan.
Es lo único que saben hacer, ¿sabes? Esperar. Siento hablar con rencor, pero es que me he acostumbrado a cómo sabe. Quisiera un poco de venganza para acompañarlo... Me traicionas, Nueve. Quedándote aquí encerrada y perdiendo la cabeza. Yo no soy así.

-Tú no eres -jadeé. Pero decir eso mientras le respondía me pareció irónico-. Déjame, por favor... -supliqué.

Levántate y pelea. ¿Dónde está nuestro cuchillo?

-Yo no tengo ningún...

Pues entonces sólo levántate y pelea. Si vas a morir en Fortaleza que sea de pie. Axel me entrenó para esto, Markkus me enseñó a beber para esto. No lo eches todo a perder. Arriba.

-No puedo -negué con la cabeza-. No quiero.

Aparte de la memoria, te han borrado el valor. Fantástico.
Dime cómo te llamas, Nueve. Dime cómo me llamo yo.

Me quedé callada. Sabía lo que tenía que decir, pero no quería decirlo.

Me encanta cómo duele esto. ¿A ti no? Si no sales de aquí provocarás el caos. Él vendrá y lo matarán. Yo ya no puedo sujetar más muertes en mi conciencia. Y no voy a permitirte tomar mi lugar, patética criatura. ¡Dime cómo me llamo o lo haré yo!

-¡No!

¡Me llamo Abby Rhyback!

-¡PARA!

¡Soy la reina de las causas perdidas! Y, por suerte para ti, soy algo que no se puede borrar con facilidad. Soy una promesa que hice sin darme cuenta, soy contradicciones bien pegadas, soy un discurso a voces desde el techo de un jeep oxidado. Soy un mundo que apesta a ceniza. Soy mis botas gastadas de tanto correr. Soy una estúpida desmemoriada en una celda oscura, pero nunca, jamás, seré sólo un número.
¿Te ha quedado claro? ¿No? ¿Sí? Me vale.
Ahora sal ahí fuera y pateáles sus blancos y milenarios culos de chupasangres.

Ojalá pudiera haber dejado de escucharla, pero el caso es que... Me hizo gracia. Y me hizo sentirme nostálgica de algo que no recordaba. ¿Yo era así antes? ¿De verdad yo había sido Abby Rhyback, la Llamarada, la gran heroína, la chica a la que dedicaron un diario entero? ¿De verdad no había muerto ese torbellino pelirrojo, sino que estaba aquí, en una celda, en Fortaleza?
No me lo creía, pero elegí creérmelo. De todas formas, era Nueve, no era nadie. Una pequeña señorita Nada. Así que podía ser lo que me apeteciera, y si la voz en mi cabeza me decía que tocaba ser Abby, pues venga. No haría perdido la cabeza para quedarme sin hacer nada después.

Oh... Bienvenida de nuevo, Pelirroja.
Sienta bien estar en casa.


6 comentarios:

  1. ¿Puedo decir que lo sabía? ¡Lo sabía! ¡Tenía que ser ella!
    1. ¡Es ella!
    2. ¡Esellaesellaesella!
    3. Dime que la última persona que lo sigue es Logan, ¡tiene que ser Logan!
    4. Ay, (casi) se me había olvidado lo que puede molar Abby, aunque sea dentro de la cabeza de alguien.
    5. Creo que voy a nombrar eso de 'Bienvenida, pelirroja' una de las mejores frases de Todoloquesé (junto con el 'la muerte es muy enrollada' que decía Logan al principio de todo)
    6. Emh, sí, no he dicho nada demasiado coherente. Pero es viernes... ¡ah, no, qué es Abby!

    (Perdón por la tontería de turno)

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  2. Markkus. Contradicciones bien pegadas, o unas botas gastadas de correr. Abby, o Nueve. Mucho más Abby que Nueve.

    Joder, no hay nada como escuchar a Dexter Gordon y leerte a ti.

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  3. OMFG! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Dioses, no me había ilusionado tanto en... no sé cuanto tiempo.
    Y es que Abby es fantástica y yo que casi lo había olvidado. Todo lleno de frases memorables, sentimientos, contradicciones...
    Alucinante, señorita, alucinante.

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  4. ¡Guau! Qué bonito texto.

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  5. ERA ELLA *-* (lectora fantasma, yuju!) Lo sabía. Abby mola más que nadie*-*

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  6. ¡Sísísísísísísísísísísísísísí! Y mil veces sí, jaja.
    Lo sabía, quería saberlo, y mira, ¡já! Ahora que vuelvan las patadas en el culo, las palabras que son capaces de movilizar naciones y... y todo lo demás.
    Oh, Abby, cómo te habíamos echado de menos.

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