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miércoles, 23 de febrero de 2011

Lucy, no me mires así

Slide

(A veces a Duma se le iba un poco, ¿sabéis?
Actuaba como si le hubieran puesto banda sonora.
Johnny Rzeznik, quizá).



¿Sabes qué, Lucy?
Yo habría llevado a Mustang a cualquier parte en vez de a ningún sitio. 
Pero ya sabes cómo es ella con sus cosas, muñeca. No me lo pidió. Pide la luna. Pide lo imposible. Nunca pide algo que me gustaría darle. 
No me mires así, como queriendo decir que "todos los hombres sois iguales". ¿Te digo qué no somos? No somos adivinos. O me lo pide, o no se lo doy. Maldita sea, Lucy, no soy tan listo. No sé qué demonios quiere decirme Mustang cuando resopla y frunce el ceño, o con qué objetivo se retuerce hasta la saciedad ese mechón de pelo, el rubio que parece un relámpago en mitad de una noche muy tranquila. Soy un tipo muy simple, lo reconozco. Así que no me mires así, nena.
¿Es que tú le habrías dado algo distinto a un viaje a ninguna parte? 
Pero qué vas a saber, si sólo eres un coche. Lo máximo que puedes regalar tú es precisamente un viaje.

Cuando Duma salió del "coche" para meterse de nuevo en la habitación del motel, se quedó parado un momento. Se rascó la nuca. Se miró los pies. Resopló.

-Oye, muñeca... Lo de antes... No iba en serio. Perdona. No eres sólo un... Eso. Eres mi Lucy -la miró por encima del hombro-. Y esta noche estás que lo rompes, chica.

Dicho lo cual, volvió a meterse en la cama. Dejó que Mustang durmiera en el suelo. Ella le había dicho que no le importaba.


Lo que Duma no sabía era que Mustang había estado mirándole a través de la sucia ventana, asistiendo a la conversación que tuvo con Lucy. Lo que no sabe ese gran hombre simple es que, hasta que oyó la palabra "Lucy", la chica del mechón relámpago pensó que la última frase, la de la disculpa, iba para ella. Pensó que Duma la había visto a través del cristal. Le temblaron las piernas cuando creyó que la había llamado "muñeca"... Pero luego se dio cuenta de que se refería al coche y se tiró al suelo antes de que él entrara por la puerta.


Hay muchas cosas para las que Mustang no vale, pero ha de ser reconocida ante el mundo por saber hacerse la dormida como nadie.

8 comentarios:

  1. Y que gran don.
    Me gusta Duma, y Lucy y Munstang también.
    Besos

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  2. "Dicho lo cual, volvió a meterse en la cama. Dejó que Mustang durmiera en el suelo. Ella le había dicho que no le importaba."

    Hostiaaaaaaaaaaaa... Esta es mi historia, W., lo prometo. La he hecho mía de los pies a la cabeza. (Que Duma sea simple no quiere decir que no sea jodidamente bueno, el cabrón. O que esté jodidamente bueno, que tanto se vale. COMO MÁS TE GUSTE).

    Y joder. A los hombres poco complicados se les ocurren las ideas más estúpidas (tú los conoces! Los grandes planes de aprender a cagarla, pero que luego hacen historia), o las más locas.
    Y entre ellas, enamoran a chicas complicadas que se llaman Mustang. (Y han olvidado su verdadero nombre).

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  3. Yo al mío lo llamo Canalla, para ponerlo un poco en materia, y que sepa que si me deja tirada en una cuneta lo nuestro tendrá una difícil solución... Pero Duma y su Lucy me han encantado xD.

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  4. Sí! Desde que habias publicado lo primerito de esta historia la había marcado como de mis favoritas, me encanta, Duma y su Lucy... y ni que decir de Mustang, que chica, no cualquier día te topas a alguien tan bueno en el arte de hacerse el dormido... eh?

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  5. Me gusta Duma y su música.

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  6. Me gusta demasiado, este Duma, pero Mustang es demasiado genial, ella, y su habilidad taaan genial.
    Y me encanta como escribes*_*

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