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jueves, 3 de marzo de 2011

Y si ellos lo dicen, será verdad.

A Bessetta le encantaba quedar como una idiota casi tanto como le gustaba ver las reposiciones de Friends todas las tardes. De hecho, no había nada que le gustara más. 

Con el paso de los años había ido perfeccionando su arte poco a poco, convirtiéndolo en toda una maestría. No todos podían parecer estúpidos. Se necesitaba autocontrol, paciencia, una determinación de hierro. Si se hacía bien, un buen falso idiota hacía que todos a su alrededor fueran más idiotas que él. 

Bessetta lo descubrió cuando tenía nueve años y, desde entonces, no había vuelto a decir en voz alta nada inteligente, nada remotamente profundo, nada que fuera ingenioso en lo más mínimo. Y le había ido la mar de bien. Se había graduado con una (clínicamente calculada y prevista) media de seis con nueve. Un siete, dirían muchos. Sin embargo, Bess prefirió el seis con nueve. Era un número psicológico. Veías el Seis y te quedabas con él, sin darte cuenta de que existe esa cosa llamada redondeo. Así fue como, con un esfuerzo titánico, Bessetta logró pasar por una estudiante normal, mediocre incluso. Decían de ella que era distraída, aunque se esforzaba mucho. Ja.

Cuando te estás haciendo pasar por un ser humano normal no puedes permitir ni una sola distracción. Ni una. Sin excepciones. 

Gracias a esa única norma, Bessetta era feliz. Vivía en un apartamento pequeño, luminoso. Tenía un perro que se llamaba Kuskús, un labrador negro joven e inquieto. Veía Friends todas las tardes porque, encima, tenía el trabajo perfecto, el trabajo de sus sueños, que le permitía un horario totalmente flexible e incluso la posibilidad de trabajar desde casa si quería.

¿Que qué era?

Bessetta era una Mentirosa Profesional, miembro de la Cuarta División, conocida por muchos como La Verde. 

¿Que a qué se dedicaban los de La Verde?

Cazaban unicornios, freían espárragos, a veces recogían las pelotas de tenis en los partidos, eran correctores ortográficos, agentes secretos, saltamontes los miércoles por la tarde. Asesinaban pesadillas los domingos, como trabajo extra, si se les pagaba bien. Eran economistas. Eran ministros de guerra. Ellos eran los encargados de averiguar dónde estaba Wally (y quizá también eran la razón por la que Wally huía). Iban por ahí robando polvo de hadas y lo vendían en el mercado negro. Eran catadores de colchones, hacedores de puzzles, druidas.

En serio. Que me lo han contado ellos.


Y será verdad y todo.

6 comentarios:

  1. Es el trabajo más extraño del que he oído, pero me ha encantado con todas sus letras. Y bueno, que tus mundos siempre rompen el esquema, vaya que si :)

    Y en realidad, admiro a Bessetta. Ser rematadamente idiota nunca fue tan fácil como algunos creen. Yo creo que se sufre bastante, pero vale la pena, digo... vamos ¡cazar unicornios!

    Me ha gustado mucho la entrada. Saludos :)

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  2. ¡Pero que trabajazo! Y yo que creía que crear algo y ser autodependiente por el resto de tus días era cosa buena...

    Admirable pequeña.

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  3. Yo no sé si creerlo ya que lo han contado ellos, los Mentirosos Profesionales. Pero me encantaría trabajar en La Verde. Pero supongo que nunca tendría la capacidad para hacerlo que tiene Bessetta (por cierto, me encanta el nombre), no todos pueden valer para eso.
    Aunque catar colchones se me daría de vicio.

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  4. Si a eso se dedican los de La Verde, no quiero saber a qué se dedicarán los de las otras divisiones >//<
    "Eran ministros de guerra.Ellos eran los encargados de averiguar dónde estaba Wally. Catadores de colchones."
    Ese trabajo es un chollo, xD.

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  5. Te diré una cosa: no deberías creer todo lo que te dicen.

    Qué diablos, como me caes bien, te diré otra más: yo quiero trabajar en la Verde. Ahora. Así no me perdería ni una sola reposición de Friends, y podría recitar el guión de memoria.

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  6. Hostia, pues yo creo que si es verdad. Alguien que ve Friends y sabe dónde está Wally TIENE que decir la verdad por COJONES.

    Y como mola, como molaaaa (:

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