"¡Pero no la animéis, hombre, por favor!"

Tengo un día un poco malo, la verdad. Para empezar, me he caído en un charco de camino a clase. Para seguir, cuando he llegado a clase he caído en la cuenta de que tenía un examen de geografía y, aunque he salvado la vida de puro milagro (Y AÚN AHORA NO ME EXPLICO CÓMO DEMONIOS HE SIDO CAPAZ), me he pegado un buen susto. He tenido que volver corriendo a casa porque se me había olvidado tomarme una pastilla, y cuando llegaba al portal he descubierto que se me habían caído las llaves del bolsillo de la mochila. Así que he corrido de vuelta, medio poseída, hasta que me las he encontrado cerca de un paso de cebra. Ah, y cuando he vuelto por fin a mi hogar, casi me atraganto con la pastilla en cuestión.

¿Qué por qué os cuento todo esto? Pues porque Zazish, de Abrigos para el invierno nuclear, me ha dado un premio y no sabía muy bien cómo introducir la noticia en cuestión. Al principio he pensado "Mierda, Zazish, no me hagas esto", pero luego he entendido que no era algo malo y me ha emocionado y todo xD (Es que los premios hasta ahora concedidos a mi persona han sido sobre todo por lo mucho que destacan mis más que abundantes defectos. Veáse la torpeza o la capacidad de sacar a quien sea de sus casillas por borde). Pero ahí no acaba la cosa, no, porque Zima, de De gatos y gaviotas, ha hecho tres cuartos de lo mismo. Oseaséquesees: dos de las escritoras a las que más admiro me han premiado. ¿Y a vosotros qué cosas interesantes os han pasado hoy? xD Así que no me queda más que darles las "muchas, muchas gracias" (porque viniendo de ellas me hace casi más ilusión todavía) y rellenar las cosicas estas de... Las cosicas estas.

De por qué me dio a mí por abrir un blog:

Era un día oscuro y lluvioso. 

Acababa de matar mi primer gamusino y, como podréis suponer, estaba muy contenta. 

Así que me dije "Abre un blog, ahora que ya has pescado tu primera sirena, y así se lo cuentas al mundo".

El caso es que cuando fui a publicar mi primera entrada, el hipogrifo en cuestión ya había escapado.

"Bueno, pues ya que estoy aprovecho y cuelgo esas cosas que escribo cuando no me entra el sueño o es domingo por la tarde". 

Y esa es la fascinante y completamente verídica historia de cómo creé el mundo en día y medio.

(La verdad es mucho menos guay, pero allá va: me apetecía. Es el más noble y puro de los motivos que pueden empujarme a hacer algo).

De cómo deciros cosas que no sabéis de mí y que seguramente no os interesen lo más mínimo:

1. Me chifla el Bitter Kas y la gran mayoría de mis amigos lo encuentra repulsivo. 

2. Me chifla que me chiflen cosas que la gran mayoría de mis amigos encuentran repulsivas. 

3. Soy una persona muy tranquila, un poco seca a veces.

4. Pálida es poco.

5. Hablo inglés porque he estado varios años en Irlanda, chapurreo algo de italiano y me defiendo con el francés. Ah, y domino el español casi como si fuera mi lengua materna. Quiero aprender alemán, japonés y (por qué no) ruso.

6. Divago. Mucho. Me voy por las ramas, siempre. 

7. Hice de flor en El Gigante Egoísta, en mi colegio. Mi frase era: "Y si la primavera no llega nunca, las flores nos marchitaremos y no bailaremos más", pero dije: "Nos marchitamos". Es uno de los dos peores ridículos que he hecho en mi vida. El otro fue caerme por unas escaleras mecánicas en un metro de Berlín, cerca de la puerta de Brandenburgo. (No me hice mucho daño. Me raspé la espalda y presumí de herida de guerra hasta que se curó).


De cómo premiar a, digamos, cinco personitas: 


Golondrinas y tejados, de Swallow.
Cosas que pasan cuando nadie mira, de Trinia.
Té con azúcar y galletas de menta, de Gingín.
Friday's Project, de Friday.
Dreams of an Hurricane, de Bullet.