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sábado, 23 de abril de 2011

Cinco años (que se dice pronto)

- Me lo prometiste. Prometiste que me matarías.

Allen chasqueó la lengua, incómodo. No hacía falta que se lo recordara. No era algo fácil de olvidar... ni de llevar a cabo. Pensaba en ello cada día, cada hora. Lo había intentado de todas las formas posibles e incluso había probado con algunas imposibles. El veneno, los cuchillos, las balas. Decapitación, desmembramiento, desangrada. Ahogada, quemada, electrocutada. Crucifijos, agua bendita, la maldita horca. Nada funcionaba. Nada.

No importaba el daño que se le hiciera al cuerpo de Sally. Volvía. A la mañana siguiente siempre volvía a levantarse, salía de su habitación con brazos y piernas en su sitio. Ya podía Allen haberlos enterrado en el jardín, uno en cada esquina. Daba lo mismo.

Sally era inmortal, con todas las consecuencias.
Y, por desgracia, Allen no era especialmente famoso por su paciencia. El día que le prometió a aquella estúpida mocosa que la mataría lo hizo porque pensó que tardaría cinco segundos, no cinco años.
Cinco años. ¿Cuántos días, cuántas horas? No lo había calculado, pero habían sido suficientes para darse cuenta de que no podía hacer nada al respecto. Cinco años. Allen se daba por vencido por primera vez en su vida. 

- Lo siento, Sal.
- Métete tus disculpas por dónde te quepan - masculló ella, rumiando una barrita de muesli.
- Pero no comas...
- Claro. Me abres en canal, me sacas los órganos uno a uno mientras charlamos acerca de Eric Clapton, los poetas malditos y el color blanco, pero, ¡cuidado! No me quites el muesli, que seguro que la palmo.

Cinco años hablando con Sarcasmo. La confianza daba asco.

- Tengo que aceptar más trabajos.
- Estupendo.
- Seguiré pensando en ti...

Sally apartó su tentempié con una mueca de asco en la cara.

- ¡No lo digas así!
- Me refería a...
- Sí, ya lo sé, ya lo sé. Me importa una mierda. Te he pagado. Una vez al mes, durante cinco años. Yo he pagado por un servicio que no he recibido.
- ¡Lo he intentado!
- ¡Eso ha quedado muy claro, imbécil! ¡Te has pasado CINCO AÑOS intentándolo sin ni siquiera acercarte! - respiró hondo, llevándose una mano a la frente -. Me dijeron que eras el mejor...

Y lo soy, pensó Allen. Había podido con cualquiera antes de conocerla a ella. Le llamaban El Exterminador, maldita sea. Como si no hubiera ninguno más. Se lo había ganado a pulso, pero... Pero nada podía matar a Sally. 

Tenía una teoría. Quizá pudiera morir de vieja. Pero en los cinco años que habían pasado juntos (juntos, porque ella se había negado en redondo a poner un pie fuera del apartamento de su empleado hasta que tuviera lo que quería) no había cambiado en absoluto. No había ganado peso o altura. Le crecía el pelo, sí, y las uñas, que no dejaba de morderse. Era como si el tiempo pasara rozándola, pero sin querer tocarla.

Allen se puso la chaqueta, suspirando.

- ¿Y ahora te vas? ¡Estamos hablando!

Me cago en todo. Era como tener novia, sólo que en vez de acostarse con ella intentaba cargársela. No. Era como tener novia. Punto.

- Volveré en un par de horas.
- Haz lo que te dé la gana. Estupendo. Yo me quedaré aquí. 
- Perfecto.
- Intentando suicidarme. 
- Muy bien.
- ¡Alguien tiene que dar un palo al agua en esta puta casa! - gritó Sally, casi levantándose de la silla de la cocina.

Pero Allen ya había cerrado la puerta.
Arrojó con todas sus fuerzas la barrita de muesli, que hizo diana contra la madera blanca, justo por debajo de la mirilla.

7 comentarios:

  1. Oh, chica, me encantan tus delirantes historias. Siempre tan originales ;)

    Me encantaría leer más de esta pareja, el asesino y la chica-que-no-muere. Realmente, me has dejado muerta con ellos dos :)

    Un beso!

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  2. "Mátame si puedes", nunca mejor dicho xD
    Menudo panorama debe ser esa casa, me los imagino terminando de comer y discutiendo sobre quién lava los platos y que de repente Sally suelte un:
    -¿Y porqué no intentas matarme otra vez? A lo mejor a la 1.000.000 va la vencida...
    xDDD
    Me ha gustado, me ha gustado mucho x3

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  3. Qué caña xD Me han matado, sobre todo cuando la compara con su novia o el momento muesli xD

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  4. Eso de "Era como tener novia, sólo que en vez de acostarse con ella intentaba cargársela. No. Era como tener novia. Punto." me ha hecho emitir un sonido muy extraño. Mis risas contenidas siempre son más sospechosas que la risa en sí.

    Quiero saber más de esta historia a la de ya. He dicho.

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  5. Si es como tener novia se han acostado. Se tienen que haber acostado. Sino lo harán próximamente y porque lo digo yo. Sí. Lo que digo yo va a misa. (Por si no se había notado).
    Te aplaudo la etiqueta, en serio. Te aplaudo todas las etiquetas, en realidad.

    Y Sally morirá. Yo lo sé. O eso, o la palma Allen. ¡Pero a alguien te cargas, fijo!
    (Cinco años son mucho tiempo, ¿sabes? Y eso da para mucho. No sólo pensamientos sádicos sobre como exterminar a alguien.)
    (Esta es otra de las historias donde pienso explotarte. No te lo tomes a mal. Yo en el fondo te tengo algo de aprecio :3)

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  6. (Y ahora es cuando, tras leer el comentario, piensas: Que te jodan, Gin. Y acto seguido te ríes porque yo me estoy riendo imaginándomelo xDDDDDD)

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  7. Algún día nos harás un daño permanente a todos nosotros como sigas poniendo historias así, tan... tan... TAN TÚ... Con decirte que casi salté de mi silla para ver la actu (para que luegon digan que twitter es poco sano).
    Tú sigue así y tendrás un séquito asegurado para cargártelos cuando explotes el mundo XDD

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