-Voy a... reducirte a... nada -resolló. Una sonrisa salvaje le estiró los labios-. Cuando acabe contigo querrás saber cómo lo he hecho... Pero no podrás.
Ella le miró sin decir nada. Ladeó la cabeza y su pelo plateado emitió un débil destello antes de volver a quedarse quieto.
-Porque estarás hecha trizas -finalizó.
-Luchamos en el mismo bando, Kasdan.
-Que les jodan a los bandos -se empezó a levantar con esfuerzo. Llovía sangre sobre el cemento-. Esto es entre tú y yo, Letto.
Los ojos azules de la asesina se convirtieron en dos rendijas recelosas. Y eso que era ella la que llevaba la espada. Kasdan esbozó una sardónica sonrisa cruel. A Letto le gustó.
-Creía que tú nunca decías mi nombre.
-Y yo creía que nunca dejabas supervivientes, chicaluna.
-Todavía no he terminado contigo. Eres una víctima a largo plazo -devolvió la espada a la vaina, tranquila-. Te dejaré ir por hoy.
-Acabaré matándote -advirtió Kasdan, mirando la mano blanca, suave y en apariencia inofensiva que ella le ofrecía para ayudarle a levantarse.
Una pequeña sonrisa por parte de la chicaluna.
-Lo sé, tipo duro.
-¿Entonces por qué no me rematas ahora mismo?
-¿Quieres morir? -se sorprendió ella.
-No. ¿Quieres contestar a mi pregunta?
Letto se encogió de hombros. Era un gesto que le quedaba bien. Lo utilizaba a menudo. Ése y levantar la ceja derecha eran sus favoritos... Aparte de fingir una pistola con el pulgar y el índice.
-No eres gran cosa ahora mismo. Estás herido.
-O sea, que es compasión.
-No. Es una inversión -retiró la mano, cansada de intentar ser educada-. Tienes motivos para vengarte de mí y tengo curiosidad por saber cómo lo harás. Y sobre todo, si puedes hacerlo. Además, me diviertes.
-¿En serio?
-Yo siempre hablo en serio.
-Pues verás la gracia que te hago cuando te abra esa bonita garganta tuya.
Ella se quedó callada un momento, pensando.
-"Eres una bomba de relojería" -susurró.
-Lo sé -asintió Kasdan.
-Era lo que me decía mi madre siempre -volvió a mirar al penoso ladrón-. ¿Sabes qué es lo que voy a hacer contigo, tipo duro?
-Sorpréndeme -masculló Kasdan, logrando levantarse solo y apoyándose en la pared del callejón.
La mano de Letto golpeó los ladrillos ennegrecidos cerca de su cabeza. Kasdan levantó la mirada y se dio de bruces con los penetrantes ojos de la asesina número uno de la ciudad (porque se había cargado a todos los demás a golpe de espada y sarcasmo) y por un momento pensó que si no tuviera ganas de arrancárselos casi resultarían bonitos. Era una belleza cruel y fría, sin embargo. Malo, malo.
-Voy a explotarte en la cara -dijo ella, mimando cada palabra.
Kasdan reprimió una risa.
-Yo soy más clásico, me conformo con rebanarte el cuello.
-Hecho.
-Hecho.
Guau, qué trato escalofriante. Chicaluna y el clasicón son cada cual mejor.
ResponderEliminarY no sé si tiene sentido lo que digo en estos momentos, así que, resumiéndolo mucho: ¡Chachi!
No se quien de los dos me enamoró más, si Kasdan o Letto, porque cada uno tiene su aquel, cada uno tiene fuerza y garra a su modo. Ambos están locos, a cual peor.
ResponderEliminarMe encantó (:
*Arqueo de ceja izquierda* (Si no fuera porque acabo de tener un curso de psicoalinalítica que me dice que todos los hijos están enamorados de sus madres y por eso estamos traumados... diría que estos están, en el fondo enamorados, pero sería demasiado raro, ¿qué no? A mí me gustan más si solo pelean para ver quién cede primero)
ResponderEliminarY yo tampoco sé cual mola más de los dos. Por el momento me quedo con el chico duro, que rebanar el cuello siempre me ha sonado bien ^^
Genial, PîC ^^
Cielo santo. Ambos me han facinado... y coinsido con Trinia, esa forma de relacionarse entre ellos es genial...
ResponderEliminarMe encanta
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