S i l a e s p a d a d e D a m o c l e s c a y e r a s o b r e m i c a b e z a ,
s e a b o l l a r í a .



viernes, 17 de diciembre de 2010

Impulso 42


- Así que es eso lo que vas a hacer - adivinó Loreto, conteniendo el aliento -. Vas a salir ahí fuera a darles caña hasta que te maten, y entonces yo tendré que bajar a recoger tu cadáver, cortarte la cabeza y enterrarte como a un héroe.
- No - dije yo -. También puedes incinerarme y esparcir mis cenizas por ahí... En algún burdel desierto. Los echo de menos.
- Eso es, Sam. Pórtate como un cabrón, pero no pienses que así me vas a despistar - por lo grave de su voz, por la seriedad que se había puesto en los ojos, supe que llevaba razón -. Contéstame. ¿Tu brillante plan es morir?
- No me lo inventé yo, Loreto. Fue un tal Destino de Todo Bicho Viviente el que lo hizo así.
- ¡Samuel!
- ¡Loreto! - la imité.
Entrecerró los ojos. Podría haber intentando averiguar qué se le estaba pasando por esa cabeza suya, pero intuí que la respuesta no iba a gustarme nada. Yo estaba empeñado en arrasar con todo y no dejar nada. Loreto quería salvar el mundo. Y quizá pudiera conseguirlo... De no ser porque con "Mundo" se refería a "Todos". Y en "Todos", sorprendentemente, entraba "Yo". Era su gran fracaso a pequeña escala.
- ¿Quieres hacer algo por mí? - pregunté.
Se tomó su tiempo antes de asentir despacio, con los brazos cruzados debajo del pecho. "Escudo. Como si se estuviera defendiendo. Ja".
- Deja de meterte en mis asuntos como si tuvieras derecho a opinar. No recuerdo haberte dado un papel tan importante en mi vida.
-Oh - una sonrisa llena de Malas Intenciones curvó sus labios -. No lo hiciste, Sam. No hizo falta.
- ¿Entonces? ¿Vas a darme esas balas o no?
- ¿Tú qué crees?
- Creo que por muy cabreada que estés conmigo no vas a dejarme salir ahí fuera sin munición suficiente como para intentar volver. Nunca te gustó ser el verdugo de nadie...
Sus ojos de color chocolate se entrecerraron.
- ¿Y a ti qué, eh? ¿Quién te ha dado un papel tan importante en mi vida, Samuel, como para pienses que me va a molestar tu ausencia? - se metió las manos en los bolsillos, en apariencia tranquila -. ¿Dices que no tengo que preocuparme por enterrarte? Entonces tú a lo tuyo, chaval. Te incineraremos y yo misma me encargaré de tirarte en el primer antro asqueroso que encuentre.
- Muchas gracias, bombón.
Loreto había ido hacia la ventana y ya había subido un pie al alféizar para marcharse. Esa chica gato mía (y de todo el mundo) estaba demasiado acostumbrada a no comportarse como una persona, a no utilizar las puertas, a no pensar con ideas sino con impulsos. Impulso A. Impulso B. Impulso 42. Los Impulsos de Loreto eran órdenes para ella y, con aquél quedo "bombón", yo había despertado su impulso más oscuro y escondido.
El de querer suplicarme que dejara de poner mi vida en la línea de tiro una y otra vez.
Aquélla fue la primera vez que vi a Loreto aguantarse las ganas de hacer algo.
Y tampoco me importó. De habérmelo pedido, me hubiera reído de ella con un Sarcasmo de primera clase, así que supongo que hizo lo correcto. Por suerte para los dos, yo no iba a morirme en mi absurda expedición al día siguiente. Todavía nos quedarían muchas oportunidades para mordernos la lengua y arrepentirnos... Ella por preocuparse de más y yo por no estropear mi titánico esfuerzo de intentar importarle cada vez menos.



Con las manos atadas a la espalda, Samuel avanza hasta colocarse frente a la pared con los demás Infectados. Un soldado joven que se niega a mirarles a los ojos va ofreciéndoles vendas, atándoselas, cegándoles. Un último acto de compasión antes de la masacre. Sam niega con la cabeza, rechazando la suya. El soldado le mira, confuso, y después dirige la mirada a su superior, que aguarda junto al pelotón de fusilamiento. Finalmente el soldado de las vendas avanza, terminando de recorrer la fila de condenados.
¿Es admiración eso que ve Samuel en los ojos del capitán? Sí, lo es. Creen que es valiente por atreverse a mirar los cañones de las armas que le están apuntando al pecho. Va a morir solo, rodeado de extraños, y ni siquiera piensa en cerrar los ojos. Pero Sam se pasa la admiración de los soldados por el mismísimo arco del triunfo. No es valor lo que tiene, no. Está asustado. Tras la espalda, le tiemblan las manos. No puede dejar de pensar en Lucas y en Loreto, en Susana y en Paloma. Por lo menos, se dice, va a morir como la última. Con una bala entre pecho y espalda.
-¡Apunten...!
A su alrededor, sus compañeros se estremecen. Tiemblan. Murmuran por lo bajo y lloran.
Samuel respira hondo y mira a los soldados. Se esfuerza en levantar la barbilla. Piensa en algo que quiera llevarse y lo piensa rápido. Intenta recordar alguna de las grandes frases de Paloma, alguno de los chistes malos de Lucas. Pero lo único que se le viene a la cabeza es una pequeña parte de la locura de Loreto.
"¿Fumarías pólvora por mí?"
-¡Fuego!

8 comentarios:

  1. Siempre consigues anudarme el estómago. Y no me gusta que jueguen con mi estómago de esa manera, hmpf.

    ... en realidad es genial. Aunque la imagen del fusilamiento, con todos los extraños y Samuel es terrible.

    Samuel, el del día bonito, ¿no?

    ResponderEliminar
  2. ASDFGGHJKKL y demás.
    Ah, mola tanto (Y tengo la sensación de que me repito taaanto también).
    En fin, ¿Fumaría pólvora por ella? Gran pregunta.

    El fusilamiento me ha encogido el estómago.

    ResponderEliminar
  3. Me he muerto.
    Bueno, aunque no sé quién primero, si Sam o yo. Al leer por arriba "pero no me moriré mañana", me ha iluminado la mente la luz. "Morirá mañana", me he dicho.
    QUE NO SE PUEDE SER MÁS GAFE. (Ni más cruel por tu parte)
    Marco. A tus pies. (Confío en que Sam no esté muerto. Porque no puede estarlo. Yo lo sé)

    ResponderEliminar
  4. Es genial, y el fusilamiento sobrecogedor.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. O.O Me has dejado sin palabras (las muy putas se han ido corriendo ¬¬), o a lo mejor patidifusa xD...
    Siempre he sido profinalesfelices, las historias que acaban mal siempre me han dejado un mal sabor de boca y me dejan un poco hecha polvo (y ha ido a peor con la edad).
    Pero eso de mirar directamente a los cañones, y esa pregunta... Ufff.

    ResponderEliminar
  6. ¿Era un día bonito? Cuando les fusilaron digo, seguro que también era un día bonito. Como cuando se acabó el mundo, ¿no?
    Sabes, me has dejado totalmente impresionada. Sobrecogedor, CreSonrisas, Apasionante, Genial... se me queda todo corto, chica, hasta las palabras. Entre el fusilamiento, la escena con Loreto, no sé ni que pensar.
    ¿Fumaría pólvora por ella? Yo creo que sí, aunque sería de los que dirían que no, para parecer un cabronazo sin sentimientos, vamos.

    ResponderEliminar
  7. Esa chica gato, acostumbrada a comportarse como cualquier cosa excepto a una persona. Los latidos de corazón aguerrillado se sienten más fuertes que los comunes. Me gustó mucho la escena final... mantuviste el clímax todo el párrafo!

    ¿Qué puedo decir? Fabuloso. Real pero imposible. Quizás no tanto.

    Saludos :)

    ResponderEliminar
  8. Madremíamadremíamadremía.
    Es lo más impresionante que he leído en mucho tiempo.

    Y por supuesto que fumaría pólvora por ella. Sam es demasiado sarcástico para admitirlo.

    ResponderEliminar