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miércoles, 11 de abril de 2012

Fiasco


-Ya lo verás, mocoso... Cuando todos los hombres del rey caigan sobre ti...

El verdugo no pudo seguir hablando. La mano de Fiasco se había cerrado sobre su boca y sus dedos se clavaban en su carne. Sus ojos brillaron.

-Yo soy todos los hombres del rey.

Un crujido, un gorgoteo, una caída. Verdugo había muerto. Fiasco había matado a un ser humano. Se sintió mal. Se sintió horrible. Sintió como una parte de él se moría con Verdugo, yéndose con el alma oscura y repulsiva de aquél desgraciado. Respiró hondo una, dos, tres veces. 

Había mentido. Él no era nadie más que Fiasco... Y Verdugo tenía razón. Iban a cogerle. Los hombres del rey iban a atraparlo. Sólo era cuestión de tiempo. 

Se marchó, metiendo las manos en los bolsillos de los pantalones, que le quedaban cortos y dejaban ver sus tobillos. Tenía que enterrar a su madre antes de que ellos le encontraran. 

"Todo sería mucho más fácil... si yo fuera todos los hombres del rey".

1 comentario:

  1. Diría algo estúpido como que si él fuera todos los hombres del rey, no sería Fiasco, pero quién soy yo para importunarlo cuando tiene que enterrar a su madre.

    Ay. Mierda.

    Bueno, los súbditos nunca han sido plato de mi gusto, prefiero a este Fiasco con los pantalones por encima de los tobillos.

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