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martes, 18 de junio de 2013

Crueldad es nombre de zombie

La verdad es que no me atrevo a quererte. Porque, seamos sinceros, nunca acabo lo que empiezo. He estropeado mis zapatos favoritos de tanto ponérmelos. Mis camisetas preferidas están hechas un asco. Mi pelo ha pasado por un espectro de colores demasiado amplio como para llamarlo "déjala, sólo es una chica original". Rayé el DVD del Castillo Ambulante. Lo rayé. Y, ¿has visto mis libros del Señor de los Anillos? Parece que tengan cincuenta años, pero en realidad son casi nuevos. Me los regalaron hace dos navidades y los he leído tanto, y en lugares tan extraños, que ahora las páginas están amarillas y arrugadas.

No me atrevo a quererte porque estropeo todo lo que me gusta. Lo gasto. Yo no entiendo de moderación ni de límites. Si me da por quererte como me dio por tocar el violín, acabarás hecho trizas en un contenedor de basura de una mal barrio.

La gente ya no sabe querer en serio. Quieren a traición, a destiempo. Quieren porque no echan nada bueno a la tele. Estúpida televisión, por cierto. Nos intenta enseñar a sentir, haciendo oídos sordos a que ya sabemos. Todo ser humano que pone un pie en este mundo viene con su maleta de sentimientos. A no ser que sea un psicópata, en cuyo caso viene con lo puesto. Pero yo no soy una psicópata. Estamos hablando de que no te voy a querer, aunque soy capaz, porque podría acabar rompiéndote.

Eres frágil. Yo también. No te ofendas, es la verdad. Somos frágiles. Y en algún momento nos rompemos, nos hacemos trizas, y los pedazos cortan como navajas. Nos convertimos en cuchillos y pasamos a ser cosas malas que le pasan a la gente buena. Como si la crueldad fuera un zombie, infectando a quien muerde, arrastrándole a convertirse en un monstruo que está muy de moda. Ser cruel se lleva, pero yo lo era antes.

Perdona. Lo siento, pero no lo siento. Sé que no me vas a creer, porque he matado dragones y todo eso. Y bailé sobre tu tejado. Pero es verdad, tengo miedo. Me atrevo a jugarme la vida con alientos de fuego y tejas mal puestas, pero no me atrevo a quererte. 

Perdona. No lo siento. 

3 comentarios:

  1. ''Nos convertimos en cuchillos y pasamos a ser cosas malas que le pasan a la gente buena. Como si la crueldad fuera un zombie, infectando a quien muerde, arrastrándole a convertirse en un monstruo que está muy de moda. Ser cruel se lleva, pero yo lo era antes''.

    Te amo y te odio al mismo tiempo...Eres demasiado genial.

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  2. "Perdona. Lo siento, pero no lo siento. Sé que no me vas a creer, porque he matado dragones y todo eso. Y bailé sobre tu tejado. Pero es verdad, tengo miedo. Me atrevo a jugarme la vida con alientos de fuego y tejas mal puestas, pero no me atrevo a quererte.

    Perdona. No lo siento."

    Qué genial, Eureka. Joder. Estoy sin palabras.

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